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Uva seleccionada a la carta para crear nuestros vinos

En 2006, unimos nuestro proyecto a la Bodega de Mendigorría, una antigua bodega cooperativa restaurada y renovada en la que realizamos la crianza en barrica y el embotellado de nuestros vinos.

 

Ese mismo año, lanzamos nuestro primer vino tinto, Jardín de Lúculo, elaborado con uva garnacha de los viejos viñedos de la Baja Montaña.

 

Desde entonces, seguimos ofreciendo una experiencia única a través de nuestros vinos de Lúculo, destacando la elaboración de las mejores Garnachas de Navarra.

Tras cinco años de estrecha colaboración en exportación, en 2013 entró a formar parte de nuestra bodega el equipo de Axial Vinos, iniciando con ello una nueva etapa en la historia de Bodegas de la Casa de Lúculo y lanzando al mercado un nuevo vino joven, fresco y afrutado que trasmite nuevamente nuestra filosofía: Cátulo.

 

En La Casa de Lúculo creemos en la ecología como sustento de la naturaleza, por lo que la mayor parte de los viñedos que trabajamos han sido cultivados tradicionalmente como ecológicos, evitando el uso de pesticidas de síntesis y herbicidas.

 

El clima que es continental con influencia pirenaica por el norte y mediterránea por el sur, el frío nocturno y los días soleados hacen que la maduración de la uva sea lenta y fina. Los suelos de las viejas parcelas están situados en las laderas montañosas y se trata de un suelo pedregoso de texturas francas finas o limosas y margas calcáreas.

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